Dicen que más vale tarde que nunca así que hoy posteo como si fuera primero de año. Empezaré confesando que este año me pinta muy bien, tengo más ganas que nunca de hacer cosas nuevas y parece que todo está en su sitio (en sentido figurado, se entiende).
Pensaba a final de año, en esos arrebatos de balance general, que me propondría para este nuevo año ser como esas blogeras tan fantásticas que corren por ahí capaces de llevar cuatro hijos, postear a diario, coser como jabatas (y hacer tutoriales), que saben hacer fotos que te mueres y además editarlas,... y todo en una casa magnífica y siempre limpia y recogida. Lo he estado meditando muy a fondo y, realmente, creo que no querría ser así. En primer lugar, algún secreto mágico deben tener porque no puede ser cierto que sea todo tan súper maravilloso y, en segundo lugar, ¿Para qué querría ser yo así? Publico en mi blog de uvas a peras, tiendo a despistarme, a veces me sale una costura fatal y mi casa, bueno, mi casa es un hogar en el que siempre hay algo mejor que hacer que limpiar y recoger. En fin, que ya está bien así, cada cual a lo suyo y ahí voy yo, escribiendo en la nube, reflexionando en público y reconociendo que no me hace falta ser maravillosísima para estar feliz.
Y sí, dije feliz! Feliz porque parece que superamos el fin del mundo y el mío empezó a girar de otro modo desde que empecé a trabajar en algo que realmente me gusta. Feliz porque mis hijos son cada día más mayores y sabios. Feliz porque conservamos salud. Feliz porque tengo a alguien muy especial a mi lado. Feliz porque mi vida encaja y, aunque es cansada, me gusta.
Así que, como decía, todo pinta bien!
Además, este silencio mío no ha sido más que debido a un estrés costuril muy interesante,... he empezado a hacer fotos para mostrar y ahí voy.
Por el momento, os dejo el último proyecto terminado: DOS mantelerías de 210x150 cm en total de tela de corchos:
Aquí tenéis un primer plano de la tela,... preciosa, eh!
Es uyna segunda remesa para la bodega más fantástica del Baix Llobregat, Va de Vins! Allí encontraréis vinos y licores de los buenos y la mejor bodeguera ever!
He aprovechado este proyecto para practicar el machine bias binding. Básicamente, coser enteramente el biés a máquina y sólo pùedo decir: Porqué no te conocí antes!!!
Tras 14,40 metros de costura de biés a máquina, creo que ya tengo la técnica bastante pillada aunque, como todo, necesita practicarse algo más.
Pronto os muestro más!
feliz año!
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