Parece que de tanto en cuánto sucede algo que me lleva a la reflexión. A la reflexión en su más amplio sentido. Generalmente, se acompaña de algún dolor, más emocional que físico y la dificultad de respirar.
Y cuánto más necesitas parar el mundo y respirar, más rápido parece que éste va; más cortas se me hacen las horas y más perdida me siento.
Reflexión, sedación, desconexión,.... tranquilidad en definitiva: café y solecito sin prisas; eso es lo que necesito. Menos oficina y más calle. Más punto y menos dolor de cabeza. Más rato con los amigos y menos responsabilidad.
Pero como no puedes pararlo, más vale vivir con ello; intentar encontrar un equilibrio.
Y mientras busco, os deseo maravillosos crafty momentos!