La Caseta Azul era en su día un pequeño puesto de chuches situado al final de la calle Fonería, en la Zona Franca de Barcelona. En los tiempos en que yo era pequeña, mi mundo conocido terminaba allí; eran los tiempos en que no había Ikeas ni Gran Vias ni Ferias más allá en aquella calle.
La Caseta Azul era para mí un pequeño puesto maravilloso; tenían caramelos de todo tipo y Lacasitos,... esos pequeños chocolates que guardaba celosamente,...
La Caseta Azul tenía una reja como ventana para la venta y un techo también azul
La Caseta Azul era el lugar al que me llevaba mi abuelo, mi Avi como siempre le he llamado. Era nuestro lugar, medio mágico, medio secreto que compartíamos muchas tardes de diario.
Y no busquéis, porque no hay líneas rectas en este miniquilt que le he hecho a mi Avi; y no están ahí porque esta es la Caseta Azul de mi recuerdo de infancia, un poco torcida y desdibujada por el paso del tiempo.
Hoy la recreo para mi Avi, que lleva un tiempo indeciso, dándonos sustos y yéndose a medias, haciéndose pequeño en una cama. Aquél Avi mío, el más alto y fuerte de todos, el que me daba su dedo para llevarme a la Caseta Azul y nos hacía reír con sus cuentos y canciones.
Hoy mi Avi busca un lugar adónde ir, de ello estoy segura y por eso le he recreado nuestro lugar, para que allí vivan nuestros corazones,...
Y como yo no sé cantar ni se me da demasiado bien dibujar, te lo coso para que allí lo tengas y para que recuerdes que te quiero y te queremos tanto.
Llévate en tu último viaje un recuerdo precioso y todos los Lacasitos del mundo.
He disfrutado mucho este post porque también me ha traído recuerdos de mi infancia... me encanta tu blog!! Haces cosas muy divertidas y creativas!
ResponderEliminarMil gracias Rosy!
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